
Apenas ha pasado una semana desde que te fuiste, y no hemos parado de echarte de menos. Por tu casa, por la mía, por las calles, por las naves del templo catedralicio. Son tantos los recuerdos. Ayer mismo recordaba el mimo con el que cuidabas a tus imágenes de Nuestra Hermandad del Sagrado Descendimiento, ese lazo que nos unía a todos y nos llevó a ser tan felices. Yo, aunque pequeño, recuerdo que siempre me decía a mí mismo que quería ser de mayor como lo eras tú. Y tener esa validez para darlo todo por tu Hermandad, para tratar las cosas con tanto mimo como tú lo hacías, para tener la confianza de mirar al Señor del Buen Fin a la cara y ponerte a hablar con él y encontrar respuestas en sus blancos ojos expirantes. Yo quisiera ser como tú, Rafael, para ser comedido y humilde como solo lo saben ser las personas con una categoría superior al resto, para darlo todo sin esperar nada a cambio, para saber hasta donde se puede llegar en todo momento y para ser el mayordomo más fiel de Nuestro Señor Jesucristo. Yo quisiera ser como tú, Rafael, y saber qué día me llegará la hora de quizás abandonarlo todo, para ocuparme de los míos.
Ahora, Rafa, ahora que no estás tú, las naves de la Catedral susurran por las esquinas murmuro de llanto acicalada cal blanca, ahora que ya no estás tú, ni Carmela tiene a quien echarle la culpa de las cosas, ni hay cigarros por los poyetes de las columnas, ni hay un chiste fácil para todo el que te veía, ni hay Saetas a medianoche, ni aquella canción que cantabas cuando la noche perdía su nombre para convertirse en Madrugá. Ahora ya solo hay recuerdos, los de una feria, de una cruz de mayo, de unas Salidas Procesionales, donde fuera, ahí estaba el bueno de Rafa para servir a Dios y a nosotros, porque muchas veces nos aprovechamos de tu generosidad y tu amabilidad. Ahora ya solo nos queda añorarte cada mañana en el Santuario de tu Patrona, cuando acudías a rezarle por todo lo que la vida os ha castigado a ti y a los tuyos. Ahora ya sólo quedan los recuerdos de Mariluz, de Pili, de Jose Mari, de Mari Carmen, de Albertito y de Laurita. Solo quedan aquellos recuerdos que guardo en mi memoria de tu semblante sonriente y siempre afable. Me quedan los recuerdos de aquel señor de teba verde botella paseando por la Marina o en la puerta del colegio esperando a sus luceros.

Rafa,aún resuenan en mi memoria las palabras que mi padre te dedicó en su Pregón Chico… “ qué decir de mi Rafalín, como yo le digo cariñosamente en nuestra intimidad. Su pertenencia a esta cofradía es uno de los regalos más preciados que nos ha dado la providencia. Abnegado cofrade, enamorado de su Cristo del Buen Fin, que aprovecha cualquier resquicio de su soledad allá en el altar para llenarlo a besos, aprovechando que no estamos para llamarle al orden. ¿Se puede pedir algo más a una persona que se entrega en cuerpo y alma a su labor, sin preguntar el porqué y sin poner una mala cara, sino todo lo contrario irradiando siempre alegría y afecto por los cuatro costados?...
Que más se puede decir de ti Rafa. Bueno, realmente podía estar hablando horas y horas y no me cansaría de alabar tu figura. Ahora, el Señor te ha llamado. Tú, desgraciadamente, seguro que te imaginabas que este amargo camino desembocaría en él. Seguro que cuando tuviste que ir a Madrid a intentar acabar con esta enfermedad te lo imaginabas. Que tiene guasa, Rafael, que tuviera que ser Madrid con lo merengón que eras, tú que no te perdías a tu equipo ni jugar los amistosos de la pretemporada. Eso sí, tuviste aliento de vida y no te fuiste al cielo hasta que tu equipo no jugó el primer partido de la temporada. Aunque, según me cuentan, no tenías ganas ya de nada y seguro que pensabas en lo que te esperaba más allá del día siguiente.
Aquí, te seguimos queriendo igual. Te seguimos viendo encima del paso arreglando cualquier detalle o por la Marina paseando de la mano de tu nieto. Te seguimos viendo cuando juega tu Madrid o preocupado por el azúcar de tu “Mabú”. Te seguimos sintiendo cerca en el Santuario por las mañanas y en la calle Real al atardecer. Te tenemos lejos pero, sin embargo, te sentimos más cerca que nunca y te seguimos queriendo igual. Para nosotros, ahora el tiempo se ha parado desde que aquel día que el Señor puso de fondo la marcha Amarguras y tú te vestiste de negra túnica y te enfundaste el negro capirote para cruzar, para siempre, la puerta eterna de la felicidad, la del cielo… Descansa en paz, Rafalín…

yo no conocia personalmente a Rafa pero si me que me han hablado muy bien de el y seguro que por lo q has dicho aqui esra una gran persona
ResponderEliminarUn abrazo arturo
bno q podemosdecir nosotros de ese hombre tan grande que se nos ha ido, yo la sobrina mayor, q decir lo mejor que ha habido en el mundo, mi tio preferido como yo lo decia, y yo su chatilla,bno eso es de mi parte,pero de toda mi familia su hermana,su cuñado yel resto de sus sobrinos, esta junto al dios qtanto ha querido y que era el mejor,siempre staras junto a nosostros te queremos
ResponderEliminargracias ,muchas gracias xestas palabras a mi rafa ,gracias de nuevo x q siempre desde pequeñito dijo este niño llegara lejos como su padre arturo y no se equivoco,te has hecho un gran hombre y un gran cofrade,un gran abrazo de toda la familia puya por todas estas palabras tan bonitas escritas desde el corazon, gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias Arturo,soy la hija de ese hombre al que dedicas estas palabras tan bonitas,seguro q mi padre desde el cielo
ResponderEliminartiene q estar super feliz de ver q habia mucha gente q lo queria y y q la familia Funtes era unas de las que mas,muchas gracias por todo a ti y a toda tu familia y un abrazo grande de su hija.
TE QUIERO PAPA
Mi imagen de Rafa también la tengo grabada para toda la vida encima del paso trabajando , o arreglando el armario que había debajo del altar en la catedral , siempre muy organizado por él , me daba hasta cierto respeto asomarme , pero él ,siempre, aunque fuera un chiquillo ,me recibía con una sonrisa , si de un hombre lo que recuerdas es su sonrisa , es que ha tenido que ser un buen hombre,en este caso esa regla se cumplía a más no poder.
ResponderEliminarPd: muy bonita esta entrada Arturito aunque no son agradables de hacer , la has hecho con mucha sensibilidad enhorabuena .
Hola soy alberto el nieto de rafael puya perez me ha gustado mucho lo que has puesto de mi abuelo,Arturo.
ResponderEliminarMi abuelo era mi papa me entere de su muerte muy mal,mi abuelo me llevaba al cole,a clases de ingles,pero desgraciadamente se fue.
Te quiero abuelo.